Cuando llamamos bendición a lo que no es…

La mal llamada bendición de Dios.

la trampa del consumismo

La bendición del Señor enriquece a una persona
    y él no añade ninguna tristeza.

Proverbios 10:22

Bienvenidos a la época en donde todo es llamado bendición. Bienvenidos a la sociedad que usa la palabra bendición hasta para lo que es maldición en su vida.

Si señores, la cultura consumista y adquisitiva vive sus momentos más alarmantes en cuanto a deudas, tarjetas, préstamos, embargos, cuentas por pagar, y sale a la calle cada mañana deprimida de tanto ahogo, pero bien vestidos y llamando a cada bien adquirido: bendición de Dios.

¿Pero que dice la Biblia?  ¿Qué dicen los cristianos?   ¿Qué testimonio envía la iglesia a una sociedad consumista y engañada?   ¿Los cristianos han caído a los pies del espíritu maligno de las “riquezas”?

La biblia dice que la bendición de Dios enriquece a una persona, y con ella no va tristeza ni sentimientos de culpa por haberla recibido. ( Proverbios 10:22).

La biblia dice que no debemos amar el dinero, porque si codiciamos las riquezas seremos traspasados a muchos dolores. ( 1Timoteo 6:10)

la Biblia dice que las costumbres de los creyentes deben ser sin avaricia, contentos con lo que Dios nos ha dado, porque el Señor prometió no dejarnos ni desampararnos. ( Hebreos 13:5).

La biblia dice que nos obsesionemos por hacernos ricos, ni nos afanemos acumulando riquezas, que debemos desistir de hacerlo. ( Proverbios 23:4).

La biblia dice que es mejor tener poco en el temor del Señor, que tener mucho con angustias y turbaciones. ( Proverbios 15:16).

Jesús dijo que tuviéramos cuidado con la avaricia, porque la vida de nosotros no dependía de la abundancia de bienes que tuviéramos. ( Lucas 12:15).

Además Proverbios 17:1 dice que es mejor un bocado seco y en paz, que casa llena de banquetes pero con contiendas y pleitos.

Los cristianos se han dejado envolver fácilmente por la cultura del adquirir, y del tener en abundancia, no sabiendo que puede ser una gran trampa para su vida espiritual. Los creyentes de hoy dejan de congregarse y de sostener sus devocionales personales delante de Dios, por andar en un corre corre propio de la época de fin de año.

Cristianos envueltos en ambiciones necias, comprando lo que no se necesita, metiéndose en grandes deudas para comprar, y hasta para presumir delante de los demás lo comprado.

Han abandonado la sobriedad, caminan en pos de todo aquello que pertenece a este siglo, y han caído en situaciones que jamás hubieran imaginado.

Cada vez hay mas gente en las sillas de la iglesia con depresiones por deudas, angustias por préstamos, vergüenzas por no poder suplir lo básico de su propia casa, y desesperados por conseguir más billetes que le ayuden a tapar un hoyo viejo, para dejar abierto otro hoyo nuevo.

Jesús dijo a sus discípulos:  Todas estas cosas buscan las gentes del mundo, pero vuestro Padre sabe que cosas ustedes necesitan, y El se las va a dar. Agrega el señor: No tengan miedo manada pequeña, que Dios ha placido darles a ustedes el reino de los cielos.

Dios a muchos de nosotros nos ha dado un trabajo, un salario, un ahorro de fin de año, o un aguinaldo y esa es nuestra riqueza. Debemos cuidarla y administrarla con la sabiduría que Dios nos ha dado.

  • No compremos lo que no necesitamos. 
  • Guardemos para las demandas básicas importantes de nuestros hijos ( su ropa, alimento e uniformes). Seamos sensatos en el ahorro.  
  • En estas épocas nunca dejemos de pensar en los demás, pues si lo hacemos estaremos poniendo nuestra economía en las manos de nuestro Dios.

Pablo le dijo a Timoteo que la mejor ganancia de un cristiano era el camino del Señor, acompañada de contentamiento ( 1 Timoteo 6:6). 

No permita que los viernes negros sacudan su paz, no permita que las promociones lo sorprendan, no permita que los descuentos lo asusten, no caigan en las redes de las compras rápidas, y no permita que las modas o las marcas tomen control de su vida integral.

Seamos creyentes que caminan confiados y sin pena ni dolor de estar endeudados.

 No somos lo que tenemos, somos lo que pensamos. Somos hijos amados y cuidados por Dios.

Pastor Randall Gamboa.

San José CR.







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