Cuando la venganza toca mi puerta. Pastor Randall Gamboa Guillén.

 Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.

No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.  Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.

Romanos 12: 17-19.

Los consejos del apóstol Pablo a los romanos están en una sección que se llama: deberes cristianos. Y he aquí el problema, que los creyentes conocemos y sabemos que son deberes, pero en el día a día, en la práctica, fallamos constantemente en cumplir así la ley de Cristo.

Si, la ley de Cristo. 
Jesús ya había dado un mensaje claro respecto a quienes nos maltrataban, nos hacían daño y nos perseguían. Su enseñanza superaba la “equidad y justicia” de la ley de Moisés y de la tradición judía.

Su doctrina era ceder, no pelear, no ponerse al tu por tu, y mostrar la paz que solo los hijos de Dios pueden trasmitir.

El dijo en Mateo 5:40: Si alguien quiere pelear contigo y quitarte algún bien, dele más de lo que te esta pidiendo, y si te obliga a llevar algo cierta distancia, tu recorre más con esa carga, y si tu enemigo te pide algo, dáselo y no se lo niegues…

Ahora el apóstol Pablo, escribe a los romanos, y le dice eso exactamente como Cristo lo enseño. Pablo dice: No paguen de la misma forma, más bien compórtense de forma que todo el mundo sepa que ustedes son personas honradas y buenas (NTV). 

En el verso 18 les dice: Si esta en sus manos, vivan en paz con todos los demás, y cuando haya alguna injusticia ustedes no muevan un dedo amados míos, sino que dejen que Dios tome venganza según su voluntad.

Así dice la palabra de Dios: Queridos amigos, nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Romanos 12:19.

Pero la realidad de la iglesia es otra. El mensaje del reino ha sido disminuido a casi quedar nulo porque la sociedad ha instruido al pueblo de Dios en derechos humanos, justicia social, y en resoluciones civiles que a veces incluso han sido largos.

De hecho, Pablo en 1 Corintios 6, exhorta y corrige a algunos hermanos de la iglesia que peleaban entre si, e incluso iban a los tribunales donde los jueces injustos. 

Pablo les decía: ¿acaso no hay entre el pueblo de Dios hombres sabios que les ayuden?, pero también les dice: ¿Por qué no sufren más bien el agravio? ¿Por qué no sufren el ser ofendidos?.

El pueblo de Dios debe tener presente las palabras de Cristo Jesús respecto a lo que nos hacen los demás.  Aunque en esto hay mucha tela que cortar, porque casi siempre Jesús hablaba de persecución por creer en Cristo, o en el caso de la persecución que habla Pablo por asuntos de confesar el ser cristiano.

La personalidad del hombre de hoy (incluyo a algunos creyentes), es defenderse, darse su lugar, buscar la justicia del mundo, y poner en su lugar al ofensor. No dejarse, pelear, trascender a los tribunales si fuere posible, y “disfrutar” una victoria al ver a mi enemigo pagar su ofensa.

Como pastor he sido testigo de un lenguaje “cristiano”, que ha sido promovido inclusive por pastores en las radios, y desde los púlpitos también, en donde se atreven a orar y a declarar la caída de aquellos que le han hecho daño. 

Son tan atrevidos, que usan pasajes del antiguo testamento como “aderezas mesas delante de mi en presencia de mis angustiadores”. Su lenguaje es vengativo, usan frases como: tus enemigos verán como Dios te levanta y suplicarán tu favor.  además dicen: ¡Si alguien te toca, se ha metido con Dios!, y no es una expresión de confianza, sino de venganza.  Tal espíritu es incorrecto, de eso estoy seguro.

Algunas canciones en el culto asoman letras de superioridad cristiana, con espíritu de intocables, y absolutos. Les encanta frases como: caerán a tu diestra, y no te tocarán. Y aunque algunas frases son bíblicas, se debe respetar el contexto de cuando se dijo.

Se deleitan en el dolor de aquel vecino que un día los dañó, y no tienen temor de asegurar que aquello les pasó por haberle ofendido.

Casi son jueces, y ya han abandonado la mansedumbre, la benignidad y la misericordia que Cristo mostró a sus angustiadores.

Recuerden que la venganza puede ponerse el vestido de justicia de vez en cuando. Pero iglesia, acordémonos de lo que la palabra de Dios nos enseña. No paguemos a nadie mal por mal, y procuremos la paz con los demás.  Hoy mucha gente vive enferma física, y emocionalmente porque quiere ver a su ofensor pagar caro.

No hermanos. Así no debe ser. Si queremos ser como Cristo, debemos amar y tener compasión de aquellos que nos han hecho mal. No encuentro otra enseñanza en los labios de Jesús.

Pudiera decir mas pero apuntamos lo siguiente:

Algunos casos tendrán que ser resueltos por las autoridades, no cabe la menor duda. 
El deber de los creyentes es ser pacificadores. Jesús dijo: doblemente dichosos los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios. ( Mateo 5:9) 
 Los cristianos a veces no sabemos esperar la obra de Dios en quienes nos dañaron, sino que apresuramos la venganza, desgastándonos nosotros mismos.  
Debemos aprender a pasar por alto, y orar por quienes nos ofenden. 
 Si estuviera en nuestras manos, debemos estar en paz con todos los demás.  
Debemos permitir, que el Dios del cielo, cuyos ojos rodean toda la tierra tome cartas en cada asunto de nuestra vida. 
Recordemos, que nosotros por algún tiempo con nuestro pecado ofendimos a Dios, y El nos perdonó pasando por alto los tiempos de nuestra ignorancia.  
Alrededor de nosotros, hay muchos niños, hijos, sobrinos que aprenden de nuestras acciones. Enseñemos el ser limpios de corazón, el ser afables y en hacer bien cada vez que tengamos oportunidad.

Pastor Randall Gamboa. 

 


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